lunes, 16 de abril de 2018

ELVIRA HERNÁNDEZ




HERMANDAD DE LA TÓRTOLA

Es el tiempo actual.
No comer ni dejar comer.
Perseguir por sobre todo perseguir.
Abrir las alas para ocupar espacio.
Que todo sucumba
ante sus bellos ojos.

FONDOS BUITRES

Es una frase que cae mal
en los delicados de cutis.
Una patada en la guata de los engullidores.
Mala leche.
¿Quién la pronunció?
Alguien que blande palabras
como otros machetean.
En la cúspide del empíreo la analizarán.
A la base de la pirámide llega el eco frío.
¿Buitres? ¿Existen los buitres?
Chupo y güitreo mejor.

ARTE CONTEMPORÁNEO

Miren esa pared multicolor
Es un tucán de las tierras calientes
Se lo puso en un secador de pelo
Sedoso como él era
Al pasar la frontera.
Digamos que su último hálito
Lo bombearon acá
Hot and cool.

Con toda propiedad:
El arte es en algún momento
Un animal vivo.

HORA MAÑANERA

Bajo el limonero
el gato siamés medita
entrecierra los ojos
pareciera que nada ve.
Mueve las orejas parabólicas
olfatea el perfume que flota
el olor de las plumas tibias de las tórtolas
suspendidas lejos de sus patas.

A cinco casas de ahí
le esperó un plato de comida preparada.
En sí mismo sabe
que la muerte está ya
a pocos pasos.

VOLUNTAD DE VIVIR

Mientras vigilo ollas en la cocina
en la ventana se muestra
un cuerpecillo que salta
ocultándose en la hojarasca.
Detrás un zorzal ha bajado.
Se encarniza con el picoteo entre las hojas.

Un caparazón vacío
es lo que ha quedado en tierra.

Y un instante para pensar con Schopenhauer.
La vida como una cadena de seres
que se devoran mutuamente.

RAMERA

en los dominios de la Madre Naturaleza
soy la practicante del antiguo oficio
hoy con el moderno horario continuado

de sol a sol hago la recolección de varas
remos que batirán otra vez las aguas de la humanidad.

AHORA SÍ, CON HONDA

Nos ha caído encima fuego graneado.
No podemos sacar cabeza.
Vuelan sobre nosotros
como misiles teledirigidos
la sola y múltiple palabra lucro
en su trayectoria mortífera.
De ella somos blanco fácil.
Tiene una estela de seducción.
Lucro es parte de la condición humana.
Es verbo que se conjuga a escondidas
pero no en juego.
Encuentra su defensa entre los humanistas
y en la carnicería.
La rampa desde donde es emitida
no son bocas modulantes
son hocicos sanguinolentos.
Balbucean día y noche su cancioncilla de cuna
y nos amamantan con su leche gorda.
sus fardos de billetes
olidos en ranciedad.
Es proteína pura nos dicen
nos hará crecer.

Ahora sí, ahora

dale con honda.



http://evaristocultural.com.ar/2016/12/15/cuaderno-de-poesia-chilena-03-elvira-hernandez/

MARCELA SALDAÑO




Del capítulo: Sobresalto
Desde el fondo de la magnífica tragedia

Los alfileres son asuntos fuera de las palabras
asuntos cotidianos como el llanto y la ceniza
la belleza suele espantar
y qué
el sol puede salir por cualquier agujero después de una borrachera
y la simplicidad puede ser un beso de nueve aristas
es así se dice que el tiempo siempre tiene las respuestas que esas sean
para los otros, para los que prefieren esperar
me bebo y me derramo
en la otra arista en el otro juego
seremos los fieles
las habitaciones son algo fuera de la noche y porqué no
también fuera de los días
la paciencia no me alcanza
siento un gran gusto por quienes no temen
por los que saben el secreto
el despropósito es el centro exacto de las cruces
un sentido de cíclope
la ternura abrazada a este juego demasiado oscuro

La profanación a escala real es el crimen merecido
por las mejillas del cierre

Un pretexto, la lluvia
una traición demasiado exquisita.





La esfinge depositada en el cutis

“El hombre necesita un dios para su debilidad
un dios para su amor.
Pero yo busco un dios para mi crimen
Para mi herejía idolátrica.”
Carlos de Rokha

Mi crimen está en esas creencias en la sonrisa entumecida y en un paisaje de imágenes rotas.
El primer mundo me vio nacer, es cierto, aunque aún no he recobrado a mi parentesco deforme y sombrío. Sin raíces me mantengo en pie. Los viejos designios son parte de los versos nocturnos, las colecciones lejos de la furia.

II

El peso de las letras, de mis brazos en las manos es el atardecer característico, anclado a la última carnicería. Retrata la caída donde los frutos intervienen en extensiones artificiales. Paraísos de ceniza sobre charcos y reflejos de saeta.

III

Todo es tan cierto los pasos ya no dejan rastro, aún no recobro ese parentesco deforme y sombrío.
El fin son los cadáveres que silban, las venas fuera de la boca. Bebo la noche al confundirme con la vigilia.
Los gestos son un sonido de epidermis, cuya profundidad se aproxima a un blanco gemido.
La tempestad se anula como un caballo que duerme.

La tormenta hace florecer al tercer sitio, sin saber pertenezco a la canción, a los libros sin nombre, a mi furia, a mi gracia,
a las manzanas doradas que robé.

Capturo al atardecer más próximo, puedo ver la mueca
los signos de crimen y muerte.

IV

Soy el vigía y la estrella deforme de esta noche. El círculo negro que se ancla en este espacio que es solo evidencia
Quiero recorrer una planicie, cuando el verbo se cae y troca los pedazos de la noche
Costilla sobre costilla paseo al cadáver
vuelvo a la evidencia, hay algo que se escapa al despropósito
hay algo que ríe
La imaginación de los pocos es la tragedia que me falta, el crimen cerca de la magnificencia, una situación de espera y cacería que logra transformar los pliegues y me entrega la sortija. La fecundidad que sea de los pocos, de la oscuridad y la estrella deforme de esta noche, un círculo negro de contenido indescifrable. La opción nula en los espéculos sagrados
La notoriedad del tiempo
Matriz rota como objeto enrarecido.





Nidos de oscuros cuervos

Innombrable eco que desde antes y después anida en los cuervos
anida en las bocas, anida en lo oculto, en lo oscuro

Aun después
ahí estará cantando de noche, cualquier noche
dejándonos más allá del tiempo, más allá del ataúd
más allá, más allá de todo

Aun cuando ya hemos olvidado
siempre estructuramos algo símil, algo que nos viste de azul y muere

Ahora somos particularmente amargos y ciegos,
cantamos despacio. Vivimos en oscuridad dejándonos sentir

Sin necesidad de oscuros cuervos, oscuras aproximaciones.



ÁNGELA NEIRA-MUÑOZ





Trágame

Trágame
Desde mi lengua embriagada
Hasta el desfile de planetas rugientes
Trágame.

El amor está en un bar de mala muerte
El amor está bajo los puentes del mundo
Aunque ruidoso e intoxicado.
Solo digo que está
Y también les digo que a menudo beben de su clítoris colérico.

El amor está dentro de los cúmulos estelares
El amor está conectado a los aviones perdidos en el triángulo.
El amor bajó, tomó la forma de una larva y se depositó en mi velador.
El amor hace travesuras y cada vez que me tragas
Te trago.

Trágame
Cual si fuera la última gota de saliva
En el filo de tu lengua.





El viaje

Este es el viaje íntimo
Por las luces que encienden el camino.
Este es el viaje en que algunas mujeres
Fabrican dibujos en las paredes vírgenes.

Este es el viaje
En que algunos hombres
Adornan sus cuerpos con ajenjo.

Este es el viaje al estallido del sentimiento
Donde se apagan los párpados
Donde la vida rompe el pellejo del ansioso.

Este es el viaje
Y este es un poema que alguien escribió para leer durante el viaje.



(             )


                        A César Vallejo.

Basta de devaneos
Hablemos de ti.

Me sentaré sin rostro frente al espejo.
Me sentaré a mi lado para escuchar unos labios en FA

Me sentaré acurrucada dentro del cerrojo.
Me sentaré en tu mar anterior. Me posaré.

El rostro se ahogará dentro de tu océano de ( )
De entres
De devaneos.

Me sentaré sin rostro frente al espejo
Con la imagen gastada
Del roce de una pupila con un párpado
Con el deseo de articular una palabra
Que sea el sonido de MI
Silencio.

Me sentaré sin rostro frente al espejo
Con la imagen gastada del roce de una pupila con un párpado
Con el deseo de articular una palabra que sea el sonido de MI
Silencio.


ESO…
Así…
Despacito.
Así me sentaré frente al espejo. Sin rostro.




Dentro de un vaso

Las luciérnagas fabrican en los vasos
Una noche frágil
Un cuerpo destrozado
Un océano de palabras.

La sombra del océano ataca por la espalda
La sombra del océano cae sobre el cuerpo destrozado
En la noche
Frágil.

Yo te vi caminar junto a las luciérnagas
Yo te vi caminar dentro de mi vaso…
Así fue
Yo te vi caminar

Segura que sí.



http://lospoetasdelcinco.blogspot.cl/2017/05/angela-neira-munoz-poesia-actual-de.html


MÓNICA MONTERO



Lo que he perdido
He perdido mi cédula de identidad,
la tarjeta RUT,
                      la BIP
Un anillo de acero quirúrgico,
                             la inocencia.

He perdido a Dios,
algún diente,
la esperanza.
Un libro de Jodorowsky
                                rasgado.

La fotografía de mi madre,
Un hermano.
No está en la cárcel
ni en el manicomio.
No está muerto
Lo he perdido

Así se pierde el cuchillo
hundido en la carne.


EN PAZ
Un día estaré tan vieja,
tan sorda y ciega,
que te veré en el rostro
de un amigo de mis hijos.

¡Olecram!..Exclamaré,
con mi vocecita, de gata enferma
al verlo entrar en la sala.

Él, intentará en vano, explicar,
que su nombre es: Gabriel,
o tal vez Pedro…

Se despedirá urgido
nervioso ante mi insistencia
de llamarlo Olecram,

lanzará antes
una mirada  de lástima
a la pobre vieja loca.

-Adiós, Olecram, vuelve pronto- le diré
alzando mi rugosa mano.
-Adiós señora, dirá el hombre-
Yo convencida de haber visto tus ojos
abiertos y encendidos.
Podré por fin, cerrar y apagar los míos.



Glacial

Hace frío en las calles,
un frío violento que perfora los huesos,
yerma las avenidas.

Los niños se escapan a los arenales.
El frío les sigue,
les pisotea los talones desnudos,
les rasga la sombra blanca del secreto,
los arrastra.

Devastados los niños se dispersan
se adentran en las caletas
se vuelven cojos
tuertos, veteranos.

Pronto  se les hunden los dientes
les crece el espanto,
se quedan mustios,
y castigan a Dios.

Los niños no volverán al colegio.
Ni a la casa de la abuela,
a comer galletas.

Emigrarán las cárceles.
A la sombra de las palabras y perpetuos,
vagarán sus recuerdos infantes.

Hace frío, mucho frío
y no es invierno.


La Condena

Tuve que construir sola mi casa
vivir en ella sin habitarla.
-Los cigarros matan el hambre,
cuándo el hambre muele las tripas-
dice, la flaca que vende seguros de vida.

Mis pasos todos equívocos
me llevaron a los confines
nunca caí tan bajo, nunca solté la vida.
Aun lapidada en la plaza del pueblo
tendí mis amantes como trapos sucios.

Me corrompí en el anhelo de la palabra.
Cortaron mi pelo,
Me arrastraron
llenaron de hojas secas mis palmas
alcé la voz al cielo, y este cayó en mi nuca.

Las sobras de las sobras puse sobre la mesa
y mis hijos lamieron los huesos.
Hay que trabajar para comer
-le dije a mi niño-

Lo arropé hasta las orejas.
Se quedó solo frente al teléfono
Luego la fiebre lo elevaba.
Había  que comprar remedios,
Parafina,
un anafre, donde calentar el caldo.

-Un día de estos vendrá el papito-
             Yo mentía
el crío se pegaba a mis costillas.



Pendencia

Has construido el peor de los fracasos
No despiertas compasión alguna
no me trago tu desdicha
ni el arrepentimiento que comentas.

Que sea otra la que te perdone,
que esa otra, crea tu pesar.
Que  ella te llene de tierra y te lleve rosas.

Dejaste tu sangre correr...
tuve que lamerla.
No contento con el daño
te excusaste en mis faltas.

Reniego de la hora en que mis hijos
te buscaron en el horizonte.
Maldigo, sí, yo maldigo el dolor de ellos,
sus sueños desplumados.

Les vi llorar a escondidas
escuché tu nombre en sus oraciones,
a veces la fiebre les destrozaba las sienes
tu mezquindad les robaba la risa.

Tuve que hacerme de piedra las navidades
el día del padre y los cumpleaños.
Tuve que hacer de la vida
un canto para el olvido.



Mónica Montero
DE : VARONA Y CANTOS A OLECRAM