lunes, 23 de abril de 2018

INGRID ODGERS






Tú sabes Sophie

Me quedo pensando en ese horror
Los animales son más humanos
Que el propio humano
Alguien debe haberlo dicho ya
Sí, lo dijo Víctor Hugo:
“…Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”.
No puedo decir animal al homicida
Ciertamente sería una ofensa
Menos podría decir Bestia
La bestia  nos humaniza
El animal desencadena el amor
Hace brotar azahares en lo íntimo
-La ternura –

No hay palabra para definir a quien mata
En este caso (y muchos otros), el dolor es océano
Y la impotencia cenit

Tanta
Solo un bárbaro hechicero
Mata a Sophie
Porque solo un demonio
Puede matar
Meterse en las neuronas y criar la ceguera
Eliminar la compasión
Saquear el cuerpo frágil
Quebrarlo Destrozar  Desgarrar

Me quedo pensando en ESE horror
No existe una palabra
Que defina Que concrete y No escasee
Este hecho donde la miseria
(que hiede y tortura)
Impacta provoca
El rechazo El pavor



Cruce de piernas

“No razonaré, ni compararé; mi tarea es crear”. William Blake


¿Cuáles son los pasos para la libertad?
El sistema y la esclavización se llevan
todo el canto todo el loor

(Confieso estos ojos no son de este cuerpo)

Ante el burdel llamado astucia
La reverencia
Que simplemente vale champiñón
Y allí están…por allá también…y me circundan
Aprietan y ahogan

Mientras todos cruzan las piernas
Se soplan las uñas Miran la hora o
Toman café en el L’angolo
Un cortado en el Haití – Chela en algún bar

Caricaturas de salón contoneándose
ante el primer
Segundo y tercer bribón
-ya tú lo sabes-
Nunca tan pajarón-ona
(De bellacos está plagado Chile)

Cruce de piernas
Gente normal/  anestesia / sopor
Ríos / anestesia / vertientes / sopor
Y el ciclo se repite
-Aunque sea mi mayor pesadumbre-
Circula por calles  prados y hasta en el orfeón
Los pasos de la libertad se ocultan

Búscale un hueco a la soledad
Cruza las piernas Y estíralas
Haz dormir el cerebro –enciende la TV-
No te agite la vida ni el próximo
Sopla tus uñas  toma café o chela
Déjate llevar por el horario
Extravía la libertad
(No la encontrarás en la rutina ni canon social)

Enterrado/as  en
el mismo diario
el mismo celular o
el whatsaap

Dime dónde –parásito- dónde
Dónde vives la palabra libertad.
Quita esta aflicción
¡Quítala!


El hambre

Tengo un hambre terrible
Un hambre
Que no cesa
Día y noche se dibuja en las paredes
Día y noche en fuego y estiércol
-quema y ahoga-
De este ahogo muero
De este fuego huyo
El polvo de mi boca
Contiene el grito
Una noche de frío
Una larga noche
- no hay negrura mayor que volver a la infancia-
Porque la noche
Porque el tiempo
Porque la tarde
-Los años, los días-
Sauce y naranjos que lloran
Muertos que viven y rondan
-Alucinaciones-
Inocencia prohibida
Inocencia desgajada
Y el terror al recuerdo.
Prometo
Juro y re-juro
Que no volveré
A esa tarde brutal
-    mis canas no perdonan -
No, no más
Tengo un hambre terrible

El hambre de olvidar.




Nabila

El hacha fue el aviso
Eran rojos los ojos
Ojos dormidos piernas desnudas
-      Entumecidos peldaños -
¡¡Ay mundo, altivez y macho!!
Este dolor que navega por las silentes paredes
Este dolor que ahoga y triza la garganta
Y era temblor la noche
Cuando la puerta fue el mensaje
-      Y se quedó quebrada como tus sueños  -
En soledad de madera
Junto al pasamanos desvestido  -
Y fue hiel el llanto
Y el humor lobo y fue entonces la piedra
Toda la tormenta
Riada – Marea alta – Ocaso
Barca desolada
El hacha fue mensaje
Y entonces
¿Quién habla en el poema? Y
¿De qué?
Te diré exhausta, casi ahogada por la cuerda larga
El macho toro y la mujer zozobra
Carencia latente que destila la risa
Si beber fuera el olvido
Si la puerta si el hacha si la lujuria y los senos
Si el pecho desnudo y el jolgorio
Cuando la puerta fue el  rajado recado
-      Y el oído se hizo sordo –
Hoja, ojo y contrafilo todos inútiles
Ante el atisbo del apego

Iba la muerte cantando
Hacha hacha hacha
Ella
Que negra ronda y ronda exclamó ¡Piedra!!

Corazón de melón

¿Dónde estabas corazón de melón?
Papi querido papi apetitoso papi semi- proveedor
Reyezuelo  surtidor    de sed -
¿Dónde?
Cuando rasguñaba libros y
acumulaba papeles en el tacho y el escritorio
-          esa pobre atmósfera vacía -
¿Dónde estabas?
Cuando a mi cansado corazón
 lo hidrataban sedado en urgencia
-Tranquila, estarás bien, decían-
¿Dónde? –  en la masturbación solitaria -
Cuando el melón se partió y chorreó podredumbre por mi entrepierna y falda.
Corazón, corazón de meloncito calameño
¡Ay! cómo me conquistaste ¿Dónde estabas?
 Cuando lánguida y sombría caminé las calles un verano ardiente muy ardiente – Recuerdo mi zapatos con tacones en la mano-
con el anhelo loco de desafiar ese taxi bus y
meterme de una buena vez en la boca del lobo
 -siempre pensé que aquella oscuridad primera sería mejor que tu meloncito dominante-.

Olvidar el presente olvidar martillaba la Diagonal
Pero el melón tenía mis manos y mi cabeza encadenada a su pulpa. Encadenada.
Nunca supe dónde estabas pero cuando me fui desmembrada, rota
 -proverbialmente desgajada-
A través de las lágrimas, pude ver el sol.
Pude verlo.



©Ingrid Odgers Toloza