miércoles, 18 de julio de 2018

XIMENA RIVERA ÓRDENES



Selección de Gladys Mendía del libro Puente de Medera (2010)


2

 

Sabes que debo escribir
Y someterme a las leyes
Instructivas del lenguaje

La cosedura del entramado
Se notará siempre
Pero quisiera omitir aquí tu voz
Y esa discreta tendencia
Ese sarcasmo vagamente higiénico al cual recurrimos
Con esa establecida finalidad que sólo hoy empezamos a valorar

Me defines como una predadora
Esta vez no te concederé la razón
Porque la dificultad para esto radica
En las toallas calientes que soportan mis brazos
Y en esas toallas heladas que soporta mi frente

(Por otra parte sabemos
Que las definiciones toman vida propia)

Por eso mi pelo cae sobre tu frente
Y no hago ningún esfuerzo
Para que este instante sea distinto de lo que es

Ahora bien
La joven estudiante
Inquietamente ve delante de sus ojos
Un número determinado de vivencias
Un número calculado de vivencias para su estabilidad
Y disponible para sus sentidos

Esto no lo sabe ella
Pero es extremadamente claro
No hay ambigüedad
No hay elección

Pero si repican los relojes con indolencia
O incluso bajo influencias frías
Reagrupamos esos acontecimientos
Es probable que lo irreparable
Continuamente aplastado
Salte delante de nosotros
Con esa necesidad que tiene de imprecarnos con dureza
El porque arrastramos
A ese que cumplirá con todos nuestros recuerdos después

Te ríes desafiando este acontecimiento
Te ríes de mí frente a estas construcciones
Te ríes de mis artificios
Te ríes de ese coche fúnebre de mi sueño

Pero mendiga sólo de ti puedo esperar algo
Puedo esperar descender rápidamente por una ladera de la ciudad
O puedo hacer creer en esta pantomima
Que puedo concederte un grado de seguridad tal en esta farsa
Que amortigüe el miedo que sientes como una imperfección

Además tú sabes muy bien
Que si omití nuestros vicios
O no dejé que se vieran
Fue porque quise comportarme
Como la más alta clerecía

Pero forcé el poema mendiga para quitarte algo
Algo que me calme esta lógica
Que me llama a seguir con estos supuestos de siempre
En esta noche tórrida de verano







9

 

Tú eres el señor de la casa
Tú eres el señor de tu cuerpo
Estás en él esperándome y de una manera diferente
Cada día en la puerta me acoges

Tú eres el señor de tu casa y de tu cuerpo
Y nada se oculta ni se acalla ante ti
Pero el padecimiento viene cuando a veces no estás
Y el señor que hay en ti se exilia
Y es otro el que me abre la puerta de una casa que no es suya totalmente

Tu cuerpo está en exilio
Estás lejano
Pero rara vez se expone con franqueza esta lejanía
Mi corazón y mi alma ya no saben percibir ni ver
A ese señor que un día me esperara en el umbral

Te nombro y me escucho nombrarte
Pero tu nombre se ha ocultado en la casa
Se ha recogido en un cuerpo
Y de esta manera resulta que todo lo que eres
Está en la habitación esperando que llegue
El verdadero señor de la casa
Para que ame a ese señor recogido en sí mismo
Para que así el cubra su rostro con las manos
Y reconozca mejor su amor por mí
Porque sabe que en esa habitación
Cuerpo y casa acogen de una manera univoca
De una manera simple

Ahora bien
El poema vuelve al orden de la casa
Y sólo ahora es donde queda establecido en todo su rigor
La necesidad física para que aquello que no es físico
Se infiltre en el ámbito de lo que no es
Claro que con reservas
Ya que tu casa y tu cuerpo me obligan a participar de su significado
Y esto debido a su exagerada complejidad
Es todo el ser por todas partes







Selección por Gladys Mendía del libro inédito  CASA DE REPOSO (2013)




CASA DE REPOSO


I

Los dolores se suceden y se repiten  en Pompeya con una monotonía abisal.
Te diré que llegar aquí es difícil, hay una suerte de tiranía en el acceso. No sé cómo lo hice, las coordenadas cardinales y geográficas no las sé, pero sé el camino, cómo me conduje aquí.
Llegas a una especie de avenida, y a la gente de ese lugar le fluye algo por los ojos que no logro definir.
Lo que fluye no es una luz blanca, ni fluye un alma fuera en esos ojos: si al menos fuera un esbozo de sonrisa, no me daría ahora escalofríos el pasto que se quema en los inviernos, aquí.
La verdad de lo que fluye en este lugar es más bien la imagen de una boca, una boca desdentada que te besa, te da terror y te sostiene.


                                                        ***
¿Por qué los ancianos y los enfermos son una carga hoy para nosotros? Algo que no nos interesa, que no es asunto nuestro.
Los niños son también una dificultad, pero de otra factura, ya que sabemos que son la carne fresca que llevará nuestro pasado marcado a fuego en la memoria.
No sé cómo llegamos a esto, pero un poeta comentaba que no sabía de dónde venía la tristeza, y le preguntaba a un dios natural por ella.
Para mí la tristeza viene de Pompeya, y es una tristeza indiferente, como un amante estático con un cuerpo inerte y una sonrisa sub urbana.


***
La casa es de madera, es más bien una hilera de medias aguas en un sitio rodeado de palos con enredaderas que ficcionan una reja. El dinero es importante aquí, lo percibo por sus necesidades, y la gente me parece buena.
En el umbral de la pequeña sala no sé si sigo viva, nadie me contiene en su memoria, por lo cual hago un trato ventajoso –y por otra parte, el pacto lo hago con mi corazón y  mi memoria.
Un detalle perturbador: ellos creían que iba a dejar ahí a alguien enfermo o anciano de mi familia. Luego, reflexioné que ni siquiera a mi padre dejaría en este lugar, ya que busqué el último rincón en el que yo podría quedarme.
Y me di cuenta que la casa de reposo, literalmente, es una barraca militar en el vacío: horarios, deberes, esperas y abusos.
Ya me busqué un lugar que representara una madre maligna, una madre abusadora desde el primer día, para poder vivir.
¿Lo crees?
Luego, en mis noches de insomnio, crecía y crecía la percepción de que había un dios en aquella casa, que me seducía pobremente a pasar ese umbral.
No pretendo que este escrito te guste, pero en esta casa, te guste o no, se anuda Chile y nuestro destino –con su dios feo, ese dios de tantos chilenos–, que me grita en este instante: «entra, te quedarás».


***
En esta casa hay algo simétrico, algo pendular: si te mueves un poco hacia la izquierda, alguien se mueve a la derecha.
Es algo inconsciente, sabes, casi un reflejo. Somos enfermos, claro: estamos imposibilitados de recordar nuestro origen con claridad, y lo que queda como residuo es dejarse llevar por este espacio, y de múltiples maneras cumplir con los horarios.
Yo, por mi parte, tengo la noción de que recordando tendré un poco de sanía, pero recordar siempre ha sido decir la verdad, y no creo que seamos capaces de nombrarla. Si tan sólo esta gente, estos extraños cantaran, pero no, sólo miramos el vacío.
Si sólo existiera aquí un pasajero que trajera un vislumbre, un recuerdo vivo a este lugar, habría esperanza, pero no.
Sólo tenemos aquí la parodia del amor, la parodia de ese caos tan deseado, de esa angustia feliz, como un universo en su plenitud, que nos lleva a un frenesí anclado a un orden.
Pero basta, basta de todo esto. Estoy lejos de toda armonía, de toda serenidad aquí en Pompeya. Siempre vuelvo los ojos en torno mío, y he sentido ahora una monstruosa, una indescifrable apariencia, rodeada, sitiada por otras apariencias, tan incomprensibles: todo tan feroz, tan desgraciado, quizá como yo misma.




III

A la manera de AntoninArtaud, soy una imbécil, porque mi pensamiento es estrecho y corto: mi pensamiento no sucede. Acá hay horarios de visita. Se rompe la monotonía, pero en la casa no sabemos si esta ruptura es algo positivo o negativo. Por ejemplo, me visitan chicos de alguna comunidad cristiana que sólo tienen una imposición de venir, por compasión a la casa de reposo. Pero yo entrego una imposición con respecto a mi pensamiento, por lo cual, sólo alcanzan a ver una especie de espejismo. Y frente a eso, se ponen a pensar en esta imposición, como si todo esto significara la señal de una experiencia privilegiada aquí.
Mi yo se desgaja como un panecillo en la mesa donde ellos comen. ¿Habrán pensado alguna vez por qué no bebo agua en esta mesa?
No estoy triste, no se confundan: yo soy una imbécil y lama fama me encarcela.
Pero pasa que ustedes perciben no sé qué debilidad, no sé qué amorfía en esta aseveración. Debilidad mi ansia de concordancia, mi hipócrita necesidad de ustedes, cuando les represento la angustia y corro a pedirles piedad por las calles.
Por supuesto, ustedes se conocen a sí mismos, claro. Pero yo velo lo que hacen. Es más, todos acá vemos muy bien lo que hacen. Les pregunto, entonces: ¿es que así se acaba la poesía, el lenguaje, los diálogos?
Por otro lado, ellos observan mi cuerpo, mi ajado cuerpo, miran mis ojos, piensan en mí.
¿Piensan en mí? ¿En mí?
Y creen que éste es su privilegio.
Se apropian del privilegio como lo haría un sacerdote o un zapatero. Yo, que hablaba de zapatos frente a ellos, para que ocuparan la palabra privilegio como una prostituta o una verdulera que diera un juicio sobre la realidad, ya que ellos ocupan todo su quehacer verbal para no salir nunca del círculo del verbo.
En esto percibo una sombría sombra que avanza. Me agobian, tanto como yo los agobio a ellos.
Pero me pregunto: ¿qué ven cuando me ven?
¿Ven acaso el desequilibrio, este aplanamiento, estas ausencias, este hundimiento en la realidad? Me pregunto:
¿Qué ven cuando me ven?


XIMENA RIVERA (Viña del Mar, 1959-Valparaíso 2013). Sus libros: Delirios o el gesto de comprender (2001), Una noche sucede en el paisaje (2006), Puente de Madera (junto a 13 poetas jóvenes, 2010) y Poema de agua (2011). Parte de su trabajo se encuentra recopilado en revistas y en las recopilaciones Antología de la locura, de Miguel Edwards, en1994; Revista Libertad 250, nro.3, de Ennio Moltedo Guio, en 1995, quien también la antologa ese mismo año en Valparaíso, versos en la calle y, al año siguiente, en Breviario de las poetisas del litoral; Valparaíso, versos en la calle, de Juan Cameron, en 1998; Historia de la poesía en Valparaíso, de Alfonso Larrahona, en 1999, Recital Poetas en la Ciudad, de Arturo Morales, en 2002, y en Poéticas de Chile, de Gonzalo Contreras, en 2007.
http://lospoetasdelcinco.blogspot.com/2014/08/ximena-rivera-poesia-chilena.html


XIMENA ADRIAZOLA



PARA SER FELIZ BASTA UNA HOJA

Me seduce aquel escarabajo que camina
Tranquilamente
No piensa, no habla, ni escucha.
Pero oye y puede cantar anunciando
Cosas trascendentales para él
Como el paso de la luz a las sombras
O la secreción melancólica de ciertos árboles
Que empañan el cielo
Cuando la primavera nos permite esperar
Los ciclos de la voluptuosidad
Y el escarabajo es el más feliz de los mortales
Debajo de una hoja
Una sola hoja

jueves, 12 de julio de 2018

MAGDALENA FUENTES ZURITA



Del libro: “LA ARMONÍA DEL TREN Y ESA INEFABLE MÚSICA”

(Fragmentos)
Alguien bebe el vino que me falta
Alguien paga por mí
Alguien roba lo mío
Alguien, alguien se lleva mis misas
furtivamente hacia el abismo.

Alguien estudia leyes
por nosotros
Alguien corta un pie
por nosotros
Alguien teje
para nosotros.

Canta un martillo al viento
tejiendo el puño de madera la casa
que ha de construir el padre.

Alguien introduce un azadón
en la tierra
y canta el viento su voz  de surco.
Otro
carga su mochila
junta todas las manos
y remonta una gran ronda
                        llena de pájaros.
Alguien dialoga quieta
suave, suave  mente
con las abejas
y una línea metálica cruza sonora
la mañana de vidrio desnudo.

Alguien camina
en sentido contrario
Alguien mira
hacia atrás
Alguien
en  un recodo del camino
con todos sus caminos,  espera.

Alguien
 remueve
los escombros
Alguien, alguien
lucha con sus fantasmas
Ese,       viaja
en un barco
          de papel.

Alguien
en algún lugar
acaricia su perro
amplio de sonrisa y agua
para sentir sus manos claras
para no herirse de ayer.

Alguien
alguien
en algún lugar
alguien
hace el amor
por amor.          

          ***

Del libro:  VERSOS DE ESPANTAPÁJARA

 Estación de los ardores
Soy la espantapájara
que abre sus brazos bajo el sol
Aquí yace mi cuerpo
ardiendo en ocasos
Vienen aves maléficas
a perturbar los sueños
que restañan las heridas
Se congregan las semillas
de los cuerpos
y las vestiduras traen
las ráfagas de la tierra.

Aquí soy
Soy la tierra
Soy las piedras
Esta es la realidad mía
Aquí viene el viento
cortando el cielo
el polvo de los caminos
Yo soy la sangre que sube
por las colinas
que corre por el río
Soy la que viene a buscar
las horas sucesivas.

Aquí cae el sol
como cuchillo en las siestas
y agobian las tardes
de salones de belleza
Aquí los almacenes y la canción
no son lo mismo
¡Todo es tan extraño!
Qué haces tú entonces
mientras yo sigo siendo la misma
que va cantando tu nombre?

Llaman las campanadas
y soy la cansada estatua
entre el sonido
tratando de volver a las sílabas

Soy el naufragio ardiendo
la razón que no razona, por ti
la risa que ríe, por ti
el sol aprendiendo
el lenguaje de los cuerpos.

Busco tu rostro entre todos los rostros
en las enmarañadas ciudades
para detener esta desazón mía
de cordillera cansada
Vuelvo mi cabeza que gira
como una hoja desprendida
afuera
el sol cae a pedazos
sobre los cuerpos
y los perros vienen a buscarme
para terminar el sueño
Pero yo me levanto
lucho con todos los fantasmas
hasta tocar la lluvia
de tus manos.

Aquí estoy hecha
de pequeños retazos
Frágil de materia
Bajo el sol
las estrellas
bajo la lluvia
de cara al viento
con mis brazos extendidos
mientras se derrama el poniente
sobre mis párpados

Aquí estoy
vengan  vengan
mis amados pájaros
a picotear
este corazón
de espantapájara.


Estación de las emigraciones (Fragmentos)
Es el aire es este aire tuyo que viene
desde antiguos tiempos
traspasando las células
de las estaciones
Bañando los rostros
soplando entre mis cabellos
hasta la vorágine.

Comulgo con la memoria
porque ya no basta
la propia realidad.

Herida estoy en lo profundo
de mi ala izquierda
¡y me arrancas una lágrima
del mismo lado!

A veces sucede
que salgo a la calle
y no sé si llevo falda
o zapatos
no recuerdo si me he vestido
o si llevo lentes
y tengo que mirar mis extremidades
palpar mis ojos
Luego me busco entre la gente
me adelanto a los rostros
frente frente a los rostros
para encontrar mi sombra.
Las manadas llegan
a destrozar mis paisajes de colores
mis bodegas indefensas
mis fiestas procesadas
Tomo posesión de mi misma
en los vendavales
Empiezo a dibujar mi sombra
a encontrar mis rodillas extraviadas
a descubrir mi mano izquierda
a destapar el sueño con mis pasos
a marcar otras riberas
con todos los causes necesarios.



Estación del extravío (Fragmentos)
Suena el viento
sobre los techos húmedos
Suena la lluvia
en el silencio frío:
Dame una señal
que venga sin tu nombre.

Viajé
         como las estaciones silenciosas
Crucé ciudades solitarias
en los trenes antiguos
y nadie conocía tu nombre
Lloré
        como la lluvia sobre tu mejilla
y no fuiste mi alma vagabunda
Entonces preparé
lentamente y dolorosamente
mi escaso equipaje
y vine a guardarme
para olvidar tu sombra
y aquí bajo el paraguas
no soy yo la que quiebra la mirada
para cubrir los espejos
que traen
               algo más
que tu nombre.

Quién escuchará mi alma desgarrada?
Quién contendrá mi sangre 
en este recóndito dolor
habitando la red invisible?
Arranco mi plumaje
en túneles interminables
De qué servirán los fantasmas
que roen mi corazón indefenso?
Quién calmará esta sed de ti?
Quién llorará sobre mi alma?
Quién guiará tu barca
el día del naufragio?
De qué lugar llegará tu nombre
la noche de mi muerte?


Estación del hechizo (Fragmentos) 
Hay una brisa de alegría
rondando el aire
Eres tú el que llega
con aromas a mi mesa.

Años anduve años
Anduve largo tiempo
encontrando tu nombre
entre las islas
De pronto
nada fue necesario
Ni la soledad dolorosa
ni la lluvia clamando tu nombre
ni los leños que solías traer
ni las calles que conocen
todos tus pasos
Nada fue necesario   nada
Aquí estabas de pronto
frente a mis ojos.

Zarpan las naves bajo el sol
y la solitaria isla se entrega
al fruto
Emprendemos el camino
a las antiguas ciudades del hechizo
para encontrar el olvidado beso
mientras
transcurre la noche
         en su ruido lejano.
                 ***
Del libro: CANTO DE AMOR DE EURIDICES
(Fragmentos)
Vine con todas las horas disponibles
surcando cada paso
Tocando con las manos estrellas y cardos
porque el otoño solía traer tristeza
a mi sensible corazón diluido
esparcido
como grano a las palomas

Por un instante dudé muchas veces
y se apagaron todos los ojos que traigo conmigo
Pero estabas tú
esperando la ternura mía
que suelo traer escondida por temor a perderla

Para ti son y serán todos mis relámpagos
esta agua inventada para tu frente
Pródiga soy de mi memoria que viene
de otros siglos buscándote
Pródigo eres de tu memoria
que viene de otros siglos, buscándome

Tanto se perdieron de ti
las que un día te amaron
Tanto se les escapó el no conocerte
Juntos podemos recorrer todos los caudales
navegar todos los sentidos                                 
imaginar más allá de la palabra
Llevar el sueño hasta lo recóndito
de la sangre

Todas las mesas estaban conmigo
todos mis pasos venían
en pos de ti
Todo, todo tú saltabas
desde el fondo de mi pecho

Busqué entre las gotas de lluvia
algo que no trajera tu nombre
pero ahí estabas, esparcido
sobre todo aquello que veían mis ojos
Había estado intentando traer la memoria
ciñéndome a la orilla, frente a los pinos
Y vine  con todos los ríos
y me encontré de pronto entre los árboles
lloviendo astros sobre mi cabeza
Hoy viene la tarde trayendo
el sonido de las estaciones
La ciudad no me reconoce
Prevengo a los pájaros
emborracho la música
vengo a decir que todo es posible
Lanzo sobre el cielo
todas las horas elegidas
como si fuera sencillo
encontrar tu mano
después de todos los esfuerzos

Te he buscado, razón y solitario mío
como niña
esparciendo sus juegos por el prado
Como el agua sobre los árboles
Buscando la belleza
Desde aquí diviso los altos montes
desde donde viene tu nombre
Te he buscado, perseguida como el viento
acosada en el silencio
hasta la fisura de tu brazo
Te he buscado
memoria alzada sobre mi vuelo
milagro adelantado
     para mi alma

Conduciéndome a ti están
todas las estaciones hacia oriente y occidente
porque yo estuve aquí para cantar tu nombre
Yo estuve en cada uno de tus dedos
diluida
Yo estuve, más allá de la tarde
Aquí las ciudades salen a saludarme
y los pueblos preguntan por mi nombre

Aquí en nuestra tierra
siempre fue capaz de soplar el viento
para decirnos de las pequeñas cosas
Aquí, cuántas veces respondimos
a los campanarios
con la sencillez de los profetas
Aquí dejaremos la  luz y  la semilla
la lluvia donde descansa la vida
y el lenguaje vivo
de nuestro paso.                                       ***
Del libro: ES NECESARIO CONTINUAR EL ASOMBRO

PRIMERA VOZ
(Fragmentos)

Como si fuéramos
desenredando polvorientos caminos
construidos por manos de rústicos obreros
más allá de  risa y la torpeza de los ojos
pasan ángeles que ríen 
en la plenitud de las ferias de barrio

Y tú vienes
a pasos largos por las veredas
entre globos por el aire
con todos los ideales a punto de estallar
A pasos raudos vienes
Apuros recuerdos llegas
en el manifiesto de memoriales canciones

Y no somos sino viejos idealistas
que se reúnen de vez en cuando
a cantar viejas canciones de lucha
en la testarudez de los pasos
labrando la extensión  de viejos sueños
sobre los detenidos trenes
en las estaciones de los amados pueblos

Aquí
en esta tierra de miel
donde tu madre deshojaba la vida
y extendía su mano entre los océanos
permanecen voces desamparadas que preguntan
por las soberanas cosas aprendidas
por la sencillez de los nombres

Aquí esperan
al norte y al sur
al este  y oeste
los días necesarios que tuvimos
en la cavidad de las puertas

Aquí
al sur poniente de la ciudad
donde la poesía cuelga los atardeceres
por los cuatro costados
y donde de largas trenzas
solías jugar por antiguos corredores
entre pinturas y retratos de la abuela
aún resuena por los ventanales
que miran al jardín
esa frase que gatilla tu corazón amanecido
“¿Cuándo viene por casa hija?”

... como si fuera fácil encontrarse
con las tardes multiplicando el arco iris

Aquí
desde las mesas de las poblaciones
de las caletas y terminales de buses
Desde  las minas y las fábricas
de los huertos y el sindicato
Desde el norte y el sur
nosotros construimos murales
donde escribimos nuestros nombres

Era la hora del gesto inevitable
alumbrado por abiertas heridas
mientras se inclinaba nuestro corazón
y se derramaba el sol, sobre nuestras cabezas

¡Qué jóvenes y bellos fuimos en la patria un día!


Aquí
a pesar de las utopías y las ausencias
que quedan en las mesas
y de puertas clausuradas
se nace cada día

Aquí
estuvimos más allá
de las cartas enviadas
Más allá de paisajes transitados
cuando necesitamos urgente
las caricias aprendidas
sin dormirnos en esperas






SEGUNDA VOZ
(Fragmentos)

Reconstruyo refugios
en la intensidad de la vida
Reparando las ciudades gloriosas
mis antepasados reconocen la huella
Mírenme
soy la misma de siempre
Con los mismos ojos que siempre tuve
Háblenme
con las bocas de lo que fuimos
Nómbrenme
que las ausencias
nada dicen de los nombres
y los ángeles aguardan inmateriales

Agitada siego los sustantivos
de los amados nombres
mientras las bibliotecas duermen
y en silencio arranco mi lengua
Cambio de traje en la frontera
y el sol alberga la memoria
para no tener una cabellera quieta
y una boca prestada
¿Son los rostros que cruzan por mi mente
O es el verdugo que bebe el vino
Mientras celebra infinitas muertes

Tantos años dispersos
Tantas semanas quebradas
pensando, ojalá estuviera en Chile
para juntarnos en casa de Leonardo
O bien ir donde tía Luisa
y con los atardeceres
colgando desde los cerros
dibujar  ventanales sobre  el puerto
Y ese estar  en casa con mis hermanos
en las conversaciones de siempre
a la hora de las mesas
Y mis padres...
mis padres como  astros encendidos
¿Qué será
de la risa y el agua... ?

¿Del mar que fundaba puertos
sobre las caderas de mi madre
y dibujaba en mi padre
muelles  sobre su camisa?

Santiago oeste
al poniente de la ciudad
nos aguarda todavía
con sus trenes y ferias de barrio
Con eso que nos prueba que el silencio
nos habla en cada  calle vecinal
donde el almacén aún existe
Con esa puerta acostumbrada
a estar abierta
para que todo aquel que pasa
pueda sentarse y no gastar
la palabra innecesaria



TERCERA VOZ
(Fragmentos)

Tendríamos que hacer algo
Tendríamos que hacer algo
a estas alturas de los tiempos: Diferenciar
el astrónomo de las estrellas, por ejemplo

El policía del viento

El metro de los trenes, sobre todo aquellos

antiguos de la infancia

Tendríamos que hacer algo, digo:
Ver la diversidad
del vendedor de la calle con el de la bolsa
llámese Nueva York por la calle o la ciudad
da lo mismo
¡Hay que hacer algo!
Acariciar  una flor silvestre  de vez en cuando
Tirarnos  sobre la hierba, alguna vez
Lavar  una camisa, abonar y sembrar la tierra
¡darle de comer al perro!
Hay urgencias en estos tiempos:

Ver la trascendencia de los pasos

Mirarnos de frente, mirarnos las manos
Lavarnos el rostro a pleno día

¡Hacernos el amor hasta que sea pecado!
Es urgente hacer algo, soy una convencida
¡Es necesario continuar el asombro!
Es irremplazable escribir cartas, silbar
una canción del alma
Encender una chimenea
y luego tendernos a leer un libro

Necesitamos sentarnos en una plaza
Jugar como niños aunque pasemos los 50
Es esencial, conversar contigo, contigo y contigo
¡Vernos el rostro, cada mañana!
                                                          
***


Del libro: ADOLES CENTE AMOR

TE RECUERDO 
Te recuerdo
a manos llenas
Te siento
contra viento y marea
Te recreo
en un santiamén.

PASO A PASO
Día a día
paso a paso
salta a la vista
como a tontas y a locas
hablando como loro de ti
te amo.

DESHOJANDO MARGARITAS
 Me quieres mucho poquito o nada...
Me quieres mucho poquito o nada...
Digo una y otra vez
mientras una y otra vez
arranco pétalos
tratando de hacerle trampas
a la vida.


RISA 
Ríe con una risa
que es todo alegría
Llora con un llanto
que es todo lágrimas
Canta como
si fuera a quedarse sin voz
Ama como
condenado a muerte.

PÁJAROS
Desde que hago versos
y mucho antes
vengo cantándole a los pájaros
(mi corazón es una casa de pájaros)
Mi casa, es casa de pájaros
Pero ya estoy cansada
que utilicen de baño
mi viejo Toyota
Ropa que cuelgo en el patio la cagan
Uno de estos días
van a terminar con mi  paciencia
y voy a colgarlos
                de mis alas.

SUCEDE
Cada cosa que sucede
de cada día que transcurre
tiene su hora precisa
          bajo el sol
Cada noche que transcurre
cada astro alumbra
cada minuto que sucede

Cada minuto que sucede
de cada día y de cada noche que transcurren
saben
que te amo.
 TODO AMOR 
Todo amor es único
e irrepetible

Lo que pasa es el instante

El recuerdo es eterno
El amor infinito.

MELODÍA 
Mi abnegada madre
pone el pan
recién horneado en la mesa
y un profundo suspiro
brotado del alma
completa la melodía
que nos llega

La tetera cálida se agrega con su canto
en la tarde de invierno

Nosotros, los niños de entonces
contamos historias incansables
alegrando las memorias
mientras el amor
                    inunda
                nuestra casa. 


REINOS
David engendró a Salomón
Jonathan fue hijo de Saúl

Y yo madre mía, hija de ti
en este reino, de Dios.



TESTAMENTO
Abuelo me hablaba
sin palabras
para no entorpecer el canto
Abuelo me llevaba
en sus brazos
para afirmar mis pasos
Abuelo me miraba
a los ojos
por eso acostumbro
a mirar de frente.



***
BREVE CURRICULUM
Magdalena Fuentes Zurita, nace en Los Ángeles, Chile.

Magister en Estudios Culturales Escuela Latinoamericana de Postgrados U.Arcis; Diplomada en Literatura Universidad Alberto Hurtado, 2006;  Estudios  en Literatura Departamento de Extensión  Universidad Arcis 1992 1995; Ideas Políticas Contemporáneas Universidad de Chile 1994; Derecho Internacional Humanitario, Universidad de Chile 1993; Escritora,  Poeta, Investigadora de la Cultura Popular;  Secretaria General de la Sociedad de Escritores de Chile 2006 – 2007;  Becada por el Consejo del Libro y la Lectura 2000, 2003.