sábado, 22 de septiembre de 2018

ALEJANDRA CONTRERAS




Estaré quieta,
tan horizontal como un labio muerto
como las manos
envueltas en la prolongación del hielo

no recuerdo como es morirse en el vacío
de una espalda tan ancha
tan hueca y con todos sus huesos separados

estaré tan quieta, tanto que un gran registro mortuorio
sacudirá mi lengua
y los cuervos presurosos
extraeran mi idioma
hasta sus gargantas tan ácidas y negras

estaré quieta
entre los anillos del viento
robandole los espíritus
que sobran
ahí, donde termina la sombra y comienza a nacer la luz de todos sus lamentos

pero en la quietud hay cosas vivientes
que me tejen un cordón umbilical hasta el mar
y la tierra abre sus brazos
para tragarme y escupirme a la vez

yo herida de todos los dolores añejos y de todos los deseos materiales casi insaciables,
y tú sacándome el duelo

de mi crucifixión de todas las formas a como debiera morir.
...


Sostengo el tiempo en la punta de mis dedos
era yo, no obstante, una turba de sombra

el invierno bramando
como un espíritu
pasaba su lengua embustera
sobre la hiedra azulosa

más allá un cielo astillado
mostrando su carne rosada
en las líneas de las montañas
mis brazos sacan un contorno desprovisto de formas

en qué abismo te encuentras ?
en la otra mitad que dios no alcanzó a crear quizás;
pero no temas
mis manos ,

nuestras manos nos tocan sin rompernos.
...



ya son peces atormentados y han criado escamas
mi lengua rancia y aislada se hizo de un nudo innecesario

será una nueva sangre
negra y vacía
en el sacrificio de las larvas que me esperan en sus mesas de carne


y así seré una masa de recuerdos que mi columna vertebral vaciará en sus moldes de huesos.
...


mis poemas de acero
vaciaron toda su artillería en tu frente desarraigada,
se hundieron a la espera de crecer en ti algún día

me dijiste:

los poetas no pecan estando muertos,
aún bajo tierra no dejan de sentir las culpas del mundo que no cambiaron

y sí, dios se aburre infinitamente
de aquellos suicidios
arrogantes
o del cadáver de un poeta totalmente sobrio

pero estos poemas que me sobran y cuelgan de tus ojos impenetrables
que sigan su camino
a su fascinante dolor
y que se desangren bellos

por toda mi cama.
...